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lunes, 21 de abril de 2014

MEXICO: LA MAYORIA DE LOS DELITOS CONTRA LOS PERIODISTAS QUEDAN IMPUNES


México: el 89% de los delitos contra la 

prensa quedan impunes

La denuncia la realizó la Comisión de Nacional de Derechos Humanos. Según la institución, de todos los casos relacionados con homicidios de periodistas, sólo el 10% termina en sentencia condenatoria

Las agresiones y crímenes contra los periodistas en México han aumentado y el 89% quedan sin castigo, con lo que el país es un "imperio de la impunidad", denunció en un comunicado el presidente de la Comisión de Nacional de Derechos Humanos, Raúl Plasencia.
Según los datos de esta institución, de todos los casos relacionados con homicidios y desapariciones de periodistas, así como de atentados a medios de comunicación, sólo 10% terminan en sentencia condenatoria.
De 2000 a la fecha, la Comisión ha tenido conocimiento de la muerte de 88 periodistas o trabajadores del sector periodístico, asesinados, presumiblemente, por razones de su trabajo.
Además, desde 2005 se ha documentado la desaparición de 20 profesionales de la información, así como 41 atentados a instalaciones de los medios de comunicación de 2006 a la fecha en 24 estados del país.
Asimismo, en los últimos cuatro años la Comisión ha recibido 347 expedientes de quejas relacionadas con violaciones a derechos humanos cometidas en agravio de comunicadores y medios de comunicación a través de un programa de apoyo a estos profesionales.
Hace menos de un año, la Comisión advirtió a las autoridades de esta situación pero el gobierno no conseguido ni reducir ni llevar las investigaciones a fallos de sentencia sobre este tipo de delitos.

domingo, 22 de diciembre de 2013

EL FISCAL PIDE PARA URDANGARIN 23 AÑOS


El fiscal acusará a Urdangarin de delitos penados con 23 años

  • No le imputará blanqueo, lo que favorece a la Infanta Cristina

  • Pedirá contra Torres y él una multa de 3,5 millones, aunque la fianza fue de 8,2



El duque de Palma, Iñaki Urdangarín.
El fiscal Anticorrupción acusará a Iñaki Urdangarin de seis delitos castigados con hasta 23 años de cárcel, en el escrito que presentará en las próximas semanas solicitando la apertura del juicio oral. La petición para el socio del duque de Palma, Diego Torres, será de cinco delitos, penados con un máximo de 19 años de reclusión.
Sí habrá igualdad en la multa que el fiscal pedirá que abonen y que asciende a 3,5 millones de euros. Tal y como ha advertido el fiscal general del Estado, no habrá petición de pena para la Infanta Cristina, y hay dudas de si también se exonerará a la esposa de Torres, Ana Tejeiro
Éste es el planteamiento que tiene encima de la mesa el Ministerio Público y que, salvo sorpresas como un acuerdo de conformidad, saldrá adelante en el escrito de acusación que entregará al juez Castro después de Navidad, previsiblemente una vez que se sepa si se imputa o no a la Infanta Cristina.
Horrach pedirá para los dos protagonistas una multa conjunta de 2,5 millones de euros
La gran novedad es que Anticorrupción, cuyo fiscal adscrito a la causa es Pedro Horrach, plantea inculpar de un delito más a Urdangarin que a Torres. Finalmente, atribuirá seis infracciones penales al duque de Palma: prevaricación, malversación, falsedad, fraude y dos fiscales. A su antiguo socio e íntimo amigo le caerán prevaricación, malversación, falsedad, fraude y uno fiscal. Es decir, cinco.
Eso sí, se librarán del blanqueo de capitales porque la legislación en el momento de autos, entre 2004 y 2008, no castigaba con precisión el autoblanqueo. Esta postura facilitaría a la larga que la hija del Rey pueda librarse de este tipo penal al no atribuírselo a sus máximos protagonistas.
En el peor de los escenarios para él, es decir, tomando como referencia la parte más alta de las penas, Urdangarin podría ser condenado con hasta 23 años de prisión. A Torres sus actividades delictivas le supondrían alrededor de 19 de reclusión. A Urdangarin se le castigaría por dos delitos contra la Hacienda Pública en los ejercicios 2007 y 2008, ambos por superar la cuota de 120.000 euros en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Por su parte, Diego Torres habría infringido el artículo 305 del Código Penal -el que castiga los delitos fiscales- en 2007. La pareja se sirvió de sus empresas pantalla para pagar fraudulentamente menos al Fisco acogiéndose al Impuesto de Sociedades en lugar de tributar vía IRPF.
El fiscal sostiene que en las adjudicaciones a dedo a Iñaki Urdangarin y Diego Torres, bajo la pantalla del Instituto Nóos, primó la discrecionalidad más absoluta. Tanto en los contratos suscritos con la Generalitat Valenciana de Francisco Camps y el Ayuntamiento de Valencia comandado por Rita Barberá, como con los que firmaron con el Govern de las Islas Baleares presidido por Jaume Matas.

La retahíla de irregularidades, interminable

La retahíla de irregularidades es interminable: los precios los fijaban el yerno del Rey y su socio, no hubo transparencia, tampoco concurrencia, menos aún fiscalización del gasto y, en algunos casos, todo era fruto de pactos verbales.
También cuestiona el uso del convenio como figura legal de la que se sirvieron Urdangarin y Torres -con la complicidad de Matas, Camps y Barberá- para evitar someterse a un concurso público. El hecho de que se optase por este atajo legal no basta para hacer desaparecer la ilicitud del gasto y la obligación consiguiente de reintegrarlo en su totalidad. Item más: el Tribunal de Cuentas ha defendido en varias sentencias que "no es suficiente el contrato para entender justificado el gasto, los contratos deben tener una causa, lícita por supuesto, y ésta ha de acreditarse".
A pesar de todo, se mantienen los intentos de llegar a un acuerdo
Anticorrupción entiende, por tanto, que no sólo el Govern de las Islas Baleares y la Generalitat Valenciana, sino también el Ayuntamiento de Madrid -con los 144.000 euros que les dio la Oficina Olímpica de Madrid 2016-, deberían haber elegido un mecanismo diferente al del convenio. Según la ley, esta figura queda limitada a la colaboración entre instituciones, cuando las dos partes carezcan de interés patrimonial o cuando no exista una contraposición de intereses. Es obvio, a la luz de las pruebas que obran en la causa, que había interés patrimonial, puesto que Urdangarin y Torres se metieron en sus bolsillos 2,6 millones de euros en Baleares y otros 3,5 en la Comunidad Valenciana.
El dúo Urdangarin-Torres y los demás imputados deberán devolver, pues, íntegramente las cantidades recibidas de los erarios autonómicos. La Fiscalía considera que habría que imponerles una multa de 3.495.000 euros: algo más de un millón de euros por el dinero distraído de Baleares y 2,3 millones por los fondos públicos que se embolsaron en la Comunidad Valenciana. Llama la atención la desproporción entre la multa que reclamará el fiscal y la fianza de responsabilidad civil, aún vigente, que se impuso solidariamente a ambos: 8,2 millones.
El resto, hasta completar los 6,1 millones de los que se apropiaron en total en las dos administraciones, lo pagarán los políticos y funcionarios que colaboraron en el saqueo. Jaume Matas, el dirigente popular que presidió Baleares de 1996 a 1999 y de 2003 a 2007 y que será acusado de prevaricación, malversación y fraude, también tendrá que poner parte de los fondos detraídos ilegalmente. En concreto, se baraja una multa de unos 500.000 euros.
El presidente balear posee ya antecedentes: fue condenado por el Supremo a nueve meses de cárcel por un delito de tráfico de influencias y por la Audiencia de Palma a abonar 51.000 euros al Estado por cohecho.
Por último, la intención de la Fiscalía es dejar al margen a antiguos colaboradores del duque de Palma, como el empresario Miguel Zorío.
Esta hoja de ruta de Anticorrupción quedará en papel mojado si llegan a buen puerto las negociaciones que, pese a lo que mantiene el fiscal general, Eduardo Torres-Dulce, siguen abiertas. Torres-Dulce fue tajante hace un mes cuando este diario destapó esta posibilidad: "No hay abierta ni va a haber ninguna negociación para cerrar un pacto en el denominado caso Nóos".

martes, 13 de agosto de 2013

JEFE DE LA POLICIA MUNICIPAL, DENUNCIADO POR LOS AGENTES, POR ABUSOS LABORALES, VEJACIONES, Y ENCUBRIMIENTO DE DELITOS


Agentes de la Policía Municipal de Iruñea denuncian a su jefe
Además de ir dirigida contra Simón Santamaría, jefe de la Policía Municipal de Iruñea, la demanda de un sindicato policial también implica al alcalde, Enrique Maya. En el escrito se describen abusos laborales, vejaciones y encubrimiento de delitos.

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El índice de absentismo laboral dentro de la Policía Municipal de Iruñea duplica al del resto de áreas. Uno de los principales motivos de este dato son las bajas por estrés y depresiones fruto de un ambiente «irrespirable», generado por la forma de regir el cuerpo del jefe de la Policía, el exmilitar Simón Santamaría, y su cohorte de afines. Pero la olla a presión ha reventado. Hace unas semanas, el sindicato policial SPPME ha acudido a los tribunales y ha denunciado a Santamaría, al alcalde de Iruñea, a diez mandos y a una letrada.
La parte que afecta a Enrique Maya no es la más llamativa de la denuncia, aunque sí se trata de acusaciones serias y van por la vía penal. El sindicato le imputa dos delitos contra los derechos sindicales de los trabajadores por prohibir reuniones. Aun así, dentro de toda la trama que se desprende de la denuncia, el alcalde jugaría el papel de consentidor, puesto que conoce de primera mano qué está ocurriendo dentro del cuerpo y no ha movido un dedo para impedirlo. De hecho, en junio del pasado año se reunió con los impulsores de la denuncia, pero prefirió hacer oídos sordos.
El grueso de las acusaciones se centran en Santamaría, a quien se culpa de vejar, insultar y amenazar a varios subordinados. Algunos de estos insultos y amenazas están grabados digitalmente y los archivos de audio se han remitido al juzgado como anexos. Formalmente, los delitos de los que se acusa al jefe son contra los derechos de los trabajadores y contra la integridad moral.
Santamaría impone orden en el cuerpo a través del Grupo de Control y Auditorías, una terna de agentes que se encargan de levantar expedientes a los policías díscolos. La arbitrariedad de estas sanciones y la persecución a determinadas personas constituyen el grueso de la denuncia que se ha interpuesto. Así, se hace referencia a siete resoluciones del Tribunal Administrativo de Nafarroa (TAN) en las que anula expedientes a una veintena de agentes por considerarlos castigos injustificados y, en algunos casos, los califica como sanciones vergonzosas.
Por ejemplo, se entresaca la resolución del TAN 199/2013 que dice textualmente que «el comportamiento del Ayuntamiento no puede ser más carente de seriedad» y apostilla que este actuar «negligente» por parte de una entidad local «no es de recibo».
Por los alias
Según ha podido saber este periódico, la piezas clave de este aparato represor que dirige Santamaría son dos mandos. Internamente se les conoce con los alias de Popeye y Follaputas. Además del poder del que les ha dotado Santamaría, Follaputas también es temido por su carácter. Dentro de la comisaría se le tiene por uno de los más violentos, debido a que a lo largo de su dilatada trayectoria habría protagonizado episodios de violencia extrema e injustificada. En particular, los rumores de comisaría apuntan incluso a agresiones gratuitas a inmigrantes y mendigos.
Aunque estas acusaciones tan severas no hayan sido acreditadas, sí que es cierto que sus compañeros las tienen por veraces. Aun así, el miedo a la ira de Follaputas parece superado y figura entre la lista de diez mandos denunciados, al igual que Popeye, que habría cometido falso testimonio.
Coacciones a los «gafas blancas»
Además de estas anulaciones de los castigos que imponen Santamaría y «La Fundición» en la comisaría de Monasterio de Iratxe, se recogen otras cinco resoluciones del TAN de este mismo año. Todas tienen un nexo común, que es el intento del jefe de la Policía Municipal de impedir que sus agentes mostraran su disconformidad con la forma de dirigir el cuerpo empleando gafas de sol con montura blanca. La persecución a los agentes que usaban gafas blancas ha sobrepasado los límites en varias ocasiones. La más grave, probablemente, fue la ocurrida el pasado 7 de julio.
Según se indica en la denuncia a la que ha tenido acceso GARA, un cabo exigió a un agente que se quitara las gafas sol y este se negó. La prohibición del uso de esas gafas que había impuesto el jefe de la Policía Municipal estaba recurrida y el agente se agarró a la Ley 2/1986 para desobedecer la orden directa.
La negativa provocó la aparición en escena de un inspector, que le amenazó de forma reiterada con expedientes hasta que el subalterno cedió. No contento con eso, el inspector prosiguió en su humillación y le requisó también un reloj y la cartera, en la que, al parecer, solo había un puñado de monedas. Fruto de la tensión, el agente sufrió una crisis de ansiedad y llegó a desvanecerse. Causó baja los días siguientes y el médico le prescribió medicación. Otros dos agentes, presentes en el momento de los hechos están dispuestos a testificar contra los superiores.
La persecución a este agente viene de tiempo atrás. El propio Santamaría ha proclamado en público que «quiere acabar con su carrera» y también hay grabaciones en los que el jefe se refiere a él como un «estafador profesional». Todo está grabado y documentado, por si pudiera constituir un delito de amenazas tipificado en el artículo 169 del Código Penal.
Pese a estas coacciones para quitarles las gafas, Santamaría parece ser consciente de que no tenía autoridad suficiente como para evitar su uso. Su última estratagema ha sido cargar al Ayuntamiento una factura de gafas de sol con montura negra para incluirlas como un elemento más del uniforme. El montante, al parecer, ronda los 6.700 euros. Ahora, la pelota está en el tejado de la Alcaldía, que debe resolver si las gafas negras se añaden o no al uniforme. En cualquier caso, el dinero público ya se ha gastado.
Y de nuevo, los Phaeton
Una de las polémicas más famosas de la Policía Municipal fue el conocido como el «caso de los Phaeton», ocurrido en 2010. Tres agentes del cuerpo multaron a varios vehículos oficiales (todos ellos del modelo Volkswagen Phaeton) por aparcar irregularmente. Entre los políticos sancionados estaban Roberto Jiménez (PSN), la entonces consejera Laura Alba y el exconsejero de Interior, Javier Caballero. Esos tres agentes pagaron muy caro hacerle pasar ese mal rato a Santamaría. El exmilitar decidió dar un castigo ejemplar a los díscolos. Se convocó a los tres agentes de madrugada para personarse a primera hora en comisaría. Una vez allí, se les requisó la placa y se les prohibió la entrada a las instalaciones. Tuvieron que firmar un escrito de «arrepentimiento» para recuperar su puesto de trabajo.
Más tarde, el TAN fallaría en contra de la sanción. Ahora, el caso revive con la comentada denuncia, dado que el juzgado deberá determinar si Santamaría incurrió en un delito de abuso de autoridad.
No es ésta la única polémica que puede reabrirse a raíz de esta denuncia. En el documento también se apuntan una serie de testimonios falsos que varios agentes habrían realizado ante el tribunal para salvar la cara a un alto cargo de UPN. En este presunto encubrimiento habría participado la abogada Isabel Segura, a quien en el escrito se le imputa un presunto delito de falsedad documental.
Reuniones y concentraciones
Más allá de los entresijos de la revuelta comisaría de Monasterio de Iratxe que ha orquestado «La Fundición», donde sí parecen tener un problema serio Santamaría es con la denuncia penal por prohibir asambleas y reuniones de los agentes díscolos y el sindicato que le ha denunciado. Las trabas a la acción sindical se han desarrollado en numerosas ocasiones, que van desde la prohibición de asambleas a presiones en diversos actos de protesta en los que han participado.
La vulneración más clara al derecho de los trabajadores es la denegación de una asamblea dentro de la comisaría. La reunión, autorizada por la Delegación del Gobierno, fue impedida por orden del jefe de la Policía. Puede parecer un tema menor, pero Santamaría tendrá muy poco con qué defenderse.